Hubo un día en que me enamoré de ti, lo supe nada más verte, sólo nos hicieron falta unas cuantas miradas...
Fuimos muy diferentes, polos opuestos que se atraían como grandes imanes. Sé que ha pasado mucho tiempo, distancia, personas, espacios, circunstancias que nos hicieron cambiar; pero aún así, siempre te tuve en mí, aguardando...
No fuiste un amor idealizado, ni un príncipe azul soñado, ni tan siquiera un pensamiento de todos los días; sólo eras aquella llama que no se apagaba; una esperanza a que la oportunidad llegara; un tiempo a poder intentarlo... simplemente te veía para mi...
-"El deseo de que algún día llegue, de tenerte frente a frente, y que sólo suceda"-; ese era mi único deseo, la creencia en el amor, de que todo pudiese suceder, de que fuera posible... Me planteaba que quizás funcionase, o no llegase a durar, sólo un intento para saber que pasaría...
Pero ese día no llegó, aún hoy, sigo esperando el día, el momento... Vivo en mí, confiando e idealizada en un amor con tropiezos... aguardaré la fecha en que llegues.
