miércoles, 28 de marzo de 2012

Un secreto bien guardado




Guárdame el secreto.. Te he echado de menos...  Yo "te he echado de menos"

Mis ojos lloran por la música que escucho mientras la nostalgia atraviesa mi alma... El alma que un día conquistaste, ese trozo de corazón que cada noche me robas con cada uno de los besos que me das...


Sueño cada hora del día con las caricias que me darás esa tarde, fundirnos en abrazos mientras nos quedamos quietos y pasamos a ser uno... Se para el tiempo cuando me miras y cruzas la puerta al entrar en casa...


Llevo todo el día echándote de menos, es el mayor de los secretos que gritaría a voces... Júrame que no te irás, que siempre estarás, que nunca me abandonarás... Necesito tu parte de ti en mi, somos uno en un solo cuerpo, tu piel roza la mía y te siento como si el mundo acabara y fuera la última vez que te tuviera a mi lado...


Te echo de menos mientras duermes, tus ojos están cerrados y yo observo desde el otro lado de la cama, sonriendo y soñando que algún día contaremos a todos nuestro gran secreto... Aún es pronto, prometo aguardar y saber esperar... Y mientras, te echaré de menos hasta el día en que por fin sea tuya y tu seas mío...



La importancia del habla



Hablar, algo tan natural, tan cotidiano y banal... No le damos la importancia que tiene hasta que no suenan las palabras. Producir un sonido, llamar a una persona, nombrar las cosas... Cosas sencillas, simples... El cerebro envía la información, se mueven los labios y surgen los sonidos...las palabras... Aquellas cosas que queremos decir, que queremos contar y comunicar.

Algunos no hablan, otros prefieren permanecer callados o utilizar el silencio como modo de vida. Las notas en forma de abecedario, de letras que hablan diciéndolo todo o no diciendo nada.

Levantarte una mañana, bostezar, bajar hasta la cocina, abrir la nevera, sacar la leche, preparar un bol de cereales, escuchar como la leche choca y hunde cada uno de los copos de chocolate... 
Subir las escaleras, preparar la ropa encima de la encimera del baño, ducharte, arreglarte, pintarte... 
Bajar al sótano, sacar el coche, meter la chaqueta en el siento de atrás, encender la radio, arrancar.... 
Ir al trabajo, encontrarte con poca gente, llegar a tu puesto de trabajo, sentarte, trabajar tu jornada... 
Regresar a casa, encender el televisor del salón, dejar un sonido de fondo, ponerte cómoda, prepararte la cena y sentarte en el sofá.






Riiiiiiiiing "tu madre" -que pereza- piensas, pero no lo dices. El teléfono suena hasta cogerlo... H....o.....l.....a....... Pronuncias las letras!! Pero NO suena la palabra!!!

¿Qué ocurre? ¿Qué está pasando?
Son cosas mías o llevas un día sin pronunciar palabra, sin necesidad de hablar hasta que ha llamado tu madre.

¿No has tenido nada que decir en todo el día?  
No me lo creo; pero con tu cara me demuestras que no, que tu falta de diálogo y de ausentismo te preceden a la comunicación...

Que pena de ti, que hayas perdido el bien tan preciado de hablar y de expresar; de contar cada una de las cosas que sientes y que otros necesitan escuchar.... habla!


martes, 13 de marzo de 2012

No quiero que termine el día de hoy


En el momento en que hay tiempo, dejas de ocuparte y vuelves a casa...en ese mismo instante es cuando piensas, y lo haces más de la cuenta.
Qué tan maleducado es el cerebro que piensa lo que quiere, y actúa cuando le apetece en gana.

Vivir todo con prisa, desear tanto que llegue el momento que cuando estás en él te estresas para que pase, y cuando regresas te preguntas en qué instante pasó.
Así son los momentos, pasan; se puede hacer triste o divertido pero todo pasa, congelar las horas, los buenos ratos que sabes que no se volverán a repetir por igual, disfrutar algo tanto que darías tu brazo para que no se terminará.

Las vivencias se hacen irrepetibles, y no es un tópico... Ayer fue único, ahora está siendo inigualable y el futuro puede que sea inolvidable; habrá que esperar a que llegue... ¿Sabrás aguantar?
No quiero que llegue mañana, deseo que sólo existan los momentos que imagino... Aquellos que son diferentes, personas y lugares que hacen cada circunstancia especial, que se grabe y se recuerde como un gran momento.



Que poco gusta los días forzados, las obligaciones que no gustan, ¿Cómo algunos lo llevan tan bien y otros se desesperan en el transcurso?
Algunos los llaman impaciencia, otros desesperación... Yo lo llamo "ganas de cada segundo", segundos interesados, a veces irracionales y la mayoría caprichosos.

Cada uno tiene su pequeño librito, su calendario, su agenda particular con cada uno de los momentos por realizar, realizados o por elaborar. Prioridades, sensaciones, una vara de medir muy particular que nunca tendrá un patrón igual.

Sí soy impaciente y no quiero que se acabe el día de hoy. ¿Caprichosa? No todos saben disfrutar de cada una de las situaciones que les brinda la vida, las ganas o la búsqueda de que cada momento sea irrepetible. Haz que tu día sea especial, sea diferente.


martes, 6 de marzo de 2012

Mi deseo se cumplió


Tenía un poco de miedo de no recordar su cara, incluso su voz me costaba reproducirla. Que podía esperar...habían pasado unos días y sólo había sido un encuentro.

Aunque tus ojos no los podía olvidar, qué mirada y qué sonrisa.
Me cautivaron esa noche y lo volvieron a hacer el día en que te volví a ver.
Tenía mis reparos, quizás un poco de vergüenza o timidez, cosa que no tengo, sería miedo a que se chafara la ilusión.

Fue tan perfecto sin previo aviso.
Horas de charla que se hicieron minutos; a veces me despistaba en lo que hablábamos, me embaucaba tu hermosa sonrisa y el brillo de tus ojos... me mordía los labios pensando lo atractivo y guapo que eras. Parecías un príncipe salido de un cuento de hadas... Tanto que yo misma me animaba a bajar de la nube en la que gravitaba.


Le prestaba atención, pero mi cabeza montaba castillos de arena, días con él que aún no existían...
Pise la tierra cuando se acerco más a mi. ¿Querría intimar? Me concentré en la conversación, hice memoria de todo el diálogo que habíamos tenido... Y volví en mi para prestar todo el interés en sus palabras.




Recordando, quién habló más fui yo. Los nervios me hacen ser un poco loro, me sonrojan la cara, paso calor y no paro de hablar hasta que la otra persona me corta.
No hablamos de cualquier cosa, no era sobre "el tiempo" ni mirar al techo, eran unas ganas tremendas de contarnos como éramos, qué nos gustaba... Nos mostramos nuestras ilusiones, proyectos, el futuro!!!

No sabría describir lo alucinante que fue sentir que éramos uno, que su ilusión era la mía, que mi proyecto iba a ser el suyo.
Montados en un barco, surcando los mares, él y yo y todas las aguas por descubrir y todo el tiempo por compartir...

¿Qué exagero? Quizás en el momento me vi en un carruaje sin ruedas, en un castillo en la montaña... tirados en la playa... Quizás imaginé...me ilusioné...pero no mentí.



Estamos sentados, le agarro de la mano, le beso el cuello... Cierro los ojos, aspiro el olor a mar;  con una mano me roza el pelo y despierto, en medio de la nada, entre aguas, pero con el todo... con mi gran amor. 


lunes, 20 de febrero de 2012

Todo pasa


¿Soy feliz? Me lo pregunto cuando lloro o sufro, cuando no entiendo que me pasa, cuando no se que esperar, cuando no me conformo con el mundo.

La felicidad, es algo tan indeterminado, a veces se siente de tal forma que te consideras la persona más feliz del mundo; sin embargo, otras eres el más desgraciado del planeta. Nada ha cambiado, es decir, los factores son los mismos, pero la perspectiva no es la que era, se ha alterado y aún te preguntas cuando ocurrió.

De fácil a difícil y de difícil a fácil... Vaivenes continuos que muchas veces nos marean, mareando incluso a la gente que esta a nuestro alrededor, confundiéndolos de tal forma que ya no saben como acercarse a nosotros.

Ha llegado todo a tal punto...
Creo que si huyera no vendría, si corriera lejos no habría nadie que me hiciera sombra... No lucharía por mi.

"Aposté por ti" esas fueron sus palabras, esa fue su mentira. Ahora lo se después de largas carreras, días de largo recorrido y un sin fin de tropiezos.

Aún no se donde estoy, perdí el juicio el día que dejé de ser yo...el día en que dejó de mirarme, el día en que dejé de cuidarme, el día en que perdí mi rumbo y no aprecié todo aquello que me hacía feliz.


Muchas veces me pregunto que hago aquí, un día llegué al mundo y comenzó todo, las revueltas en mi cabeza, los momentos felices o pesadillas que ocupaban mis sueños. Me formé hasta el día en que hoy escribo, hasta el momento en que respiro, suspiro y me ahogo al mismo tiempo... Hundiría la cabeza hasta el fondo para dejar de escuchar, pero cuando la levantara todo estaría igual.

Si antes era feliz, ¡porqué ahora no puedo serlo como antes! Vale, que algunas cosas son diferentes y que han habido cambios en mi vida, pero quién dijo que fuese a ser fácil... Lo fácil no se aprecia y el día en que se pierde no se extraña.

Seguro que si hoy avanzo, seré mejor, sonreiré cada mañana como si fuese la última.. Seguro que así conseguiré estar feliz; esa niña feliz que un día fui cuando nací y viví.

Hoy incluso muerta me doy cuenta de todos esos ratos que malgasté, todas esas risas que desperdicié, toda esa felicidad que derroché... Incluso hoy, que tengo una segunda oportunidad, me he dado cuenta que no es tarde para sonreír y ser feliz. :)