sábado, 19 de marzo de 2011

Tras la decepción...


Decepcionarte por esperar,
esperar a que te llame,
que demuestre que si está,
pero el teléfono no suena...

Decepcionarte por aguantar,
el trato que no merecías,
las palabras dañinas,
los gestos fuera de lugar...

Decepcionarte por dar,
dar lo que no valoraba,
lo que no devolvía,
lo que desechaba...

Decepcionarte por estar,
en todos los momentos,
incluso cuando no te veía,
cuando no te lo pedía...

Decepcionarte por continuar,
continuar en la nada,
en un camino que no era el tuyo,
en un sendero equivocado...

Tras el desengaño, la frustración y la desilusión...

llegan los nuevos aires, la luz y la ilusión,
los sueños empujan a la desolación,
la esperanza abre camino a los deseos,
y tu coraje forma parte de tu nueva vida!


¿Por qué dar una oportunidad?



La ilusión mueve montañas,
los deseos persiguen sueños,
las ganas llevan a la ocasión.

Esa ocasión que tanto tiempo llevas esperando;
a que surja, a que puedas demostrar todo tu esfuerzo y trabajo;
a mantener la calma hasta que se de el momento.

En ese instante,
tu cara flojea de los nervios,
tus manos tiemblan en la espera,
tu sonrisa no se sostiene.

Pero, tras mucho perseguirlo, no saber si era el camino,
si hacías lo correcto y el sendero te conduciría;
lo has conseguido
te han dado la oportunidad.

Ahora si, tus ojos brillan,
tu sonrisa se estira,
y solo surge una palabra,
¡GRACIAS!