jueves, 14 de julio de 2022

Un respiro please

Odio mi forma de ser, odio sentirme así, que mi sensibilidad me haga débil.
Odio no sentirme comprendida, odio que no me entiendan o sentirme un bicho raro.
Desde fuera puedo parecer súper fuerte, pero soy como una tortuga, con un caparazón fuerte que resiste la tempestad, pero por dentro soy frágil. Soy una mujer dura, pero igual que para los bueno siento como nadie, para lo malo o lo difícil mis sentimientos me apuñalan.

No quiero ni puedo derrumbarme. Cuando tienes hijos que dependen de ti, tú eres su pilar, su fortaleza, su ejemplo. Y no puedes ser así. Tienes que aguantar el tipo ante una crisis, aunque te gustaría gritar a los cuatro vientos que no puedes más, que necesitas llorar hasta que no tengas lágrimas, que anhelas un abrazo que dure muchos minutos.

Mierda! Necesito un respiro, gente positiva a mi alrededor que me transmita energía positiva, que el tiempo, si la meteorología, me de un respiro.
Si siento que me asfixio por el calor, que la gente me chupa mi energía, y qué día a día me siento incomprendida... ¿Normal que me ahogue no?
Necesito música, una piscina llena de agua donde poder hundir la cabeza en silencio, que mi rutina me aporte estabilidad, que nuestros planes me llenen de alegría. Y sólo aportar amor, sonrisas y tranquilidad a mis hijos.

Y así terminan mis vacaciones.
#pas #personaaltamentesensible.

jueves, 7 de julio de 2022

Pobres niños

Que complicado es llegar, llegar a personas obtusas, a personas ciegas, a personas que no quieren ver más allá de sí mismas, perdiéndose un mundo entero. Se pierden tantas cosas, que es una pena que no vean más opciones y versiones de las suyas propias. Y son adultos, son conscientes de sus errores, o no (allá nosotros)... Pero, ¿y los niños? Quién protege a los niños de las decisiones de adultos obtusos y ciegos?.

El ser humano tiende a meterse donde nadie le llama y a dar consejos cuando nadie los pide, pero que un adulto actúe con cabezonería perjudicando a un niño, que piense que solo él tiene razón y que sea así y punto. Es muy injusto que el perjudicado sea el niño, a mí me enfada. 

¿Por qué no somos más flexibles? Pedimos y exigimos al mundo, a nuestro jefe, a nuestra pareja, al calentamiento global! Pero, ¿qué damos nosotros? Sería todo más fácil si abriesemos un poco la mente: aprendiéramos los unos de los otros, colaborasenos sin exigencias, que diéramos sin egoísmos, amasemos y dejásemos de odiar, viviesemos el presente sin recordar todo el rato el pasado, ni intentando programar el futuro. Cuánto nos perdemos.

Para los niños somos la referencia, su pilar. Somos un reflejo de por vida y nos podemos llegar a conventir en su ejemplo. Que menos que intentar hacerlo lo mejor posible cada día. Inténtalo, sino es por ti, por ellos.