jueves, 30 de noviembre de 2017

Entre sábanas




Cada gota de sudor que recorría la frente, era el frescor de las ansias del calor; del calor que venía de muy adentro, el músculo se contraía mientras el frío erizaba el resto del cuerpo; al mismo tiempo se dilataba deseando una mayor apertura al placer; cada dedo se alargaba para alcanzar los extremos, se tensaban hasta al adormilar cada centímetro de la piel…

La temperatura aumentaba y los escalofríos intermitentes lo poseían; las palpitaciones eran tales que se oigan al otro lado de la pared; un simple vaso de cristal hubiera transmitido cada segundo, cada gota de sudor caída. El charco se formaba en el suelo, los pies resbalaban entre tanto; y los brazos se perdían sosteniendo las paredes tambaleantes.

Palabras insonoras en formas de susurro, miradas perdidas entre muros reflejos; espejos confidentes de lo no dicho y depósitos de lo sí sentido; cosas movidas y muebles que cobraban vida; se alzaban mares blancos que lo cubrían todo; guardaban el secreto…

Las gotas desaparecían ante una piel húmeda y al mismo tiempo seca ante el cansancio; la relajación muscular recobraba su estado; las aperturas volvían a su cauce en la tranquilidad del sosiego; los inmuebles recuperaban su lugar de origen, y todo se ordenaba tras un caos volador.

La luz entornaba hacia la oscuridad, poco se veía ya; pues la paz del placer había llegado, el cuerpo saciado descasaba; el abdomen no permanecía duro, las manos ya no eran gélidas rocas, y el cuello respiraba sin tensión entre almohadones arenosos; ahora sí descansabas tras tu agraciado y tan deseoso momento.


Ahora la frente sólo suda del pensamiento que recorre tu mente y que ya no te deja dormir…

Ante todo sentir,



Hay bombas que llevan detonador, que sabes que van a explotar, que el "boom" está cerca ¿Cómo evitarlo? Si hay días que no entiendes nada. 

Hay que ser fuerte por ti y por los que te quieren, pasar los momentos difíciles de la mejor forma posible, porque todo momento malo es relativo si lo comparas con otro peor (es una buena forma de consuelo y de realidad cuando estás perdido en la oscuridad).

Juegas con los cambios mentales y además hay que sumarle los físicos.... Qué verdadero coñazo que tu cuerpo no te acompañe cuando más lo necesitas. Aunque pedir más sería injusto, bastante bien van las cosas...cuando un desastre emocional solo va "regular o mal" algunos días, date con un canto en el pecho y sigue luchando por seguir fuerte.

Coñazo, es la única palabra que me viene a la mente, coñazo cuando surgen problemas y tienes que estar al 100% para que todo funcione, tienes que estar bien para las personas que te necesitan, y para tu salud mental! Porque cuando una pieza se cae de la ecuación hasta tu subconsciente crea pensamientos o sueños que te hacen anhelar situaciones o personas que tu mente recuerda o crea en la imaginación. 

Que difíciles son las personas emocionales, y que frías las racionales... ¿La fórmula perfecta?... Habrán muchas opiniones y diferentes defensas, pero me quedo con quién vive y disfruta al máximo cada instante de la vida, quién se entrega y da todo de sí, quién vive cada momento al máximo, quién ríe y llora y vive la felicidad en su máximo esplendor, y por contra, la pena como una gran tristeza, pero eso significa que SIENTE al 100%.

Y sino sientes..... Sino das emoción, ¿Qué te queda? Te pierdes la belleza del sentir. Si me pongo filosófica.... Pero hay tantas personas que podrían dar más y se quedan con lo suficiente, que es una pena que no den todo de sí mismos. Porque por dentro serán incompletos, y la persona que está en frente decida buscar en otro lado aquello que anhela.
¿Oportunidades? Solo a quién lo merece, y a quien lo demuestra. Porque la muestra más fiel en todos los sentimientos es el amor (aunque tenga diferentes versiones). Y por amor se dan oportunidades, ¿infinitas?.. no, finitas. Porque todo tiene límites. ¿Cuáles son los tuyos?.



Cosas que te cambian



En el momento menos esperado pasa, esa persona te marca, te allana un camino con curvas, te da la luz que ese día te hacía falta, la risa callada que no se demarcaba, el clima distendido que tanto anhelabas...esa tarde te marcó y todo cambió. La esperanza se afianzó y la ilusión no murió. Gracias.

Apostaste por un nuevo rumbo, la vuelta a tu destino que nadie esperaba, un cambio de ruta sin sentido, muchos no entendían la apuesta por algo nuevo, el riesgo de lo desconocido; pero sigo en la lucha de mi nueva vida, de mi nueva profesión. Aquí estoy.

Viniste de la nada, me encandilaste sin quererlo, me encontraste sin buscarme y ahora ando enganchada a ti sabiendo que te quiero. Apuesto por nosotros, apuesto por nuestro hogar y por toda la felicidad venidera que nos espera. Yo sí apuesto.
 

Cosas que han cambiado, cosas que andan creando... respiro, sonrió y siento ante todas las cosas que hoy  me han cambiado.