Enamorada de las olas,
de la linda brisa que amainaba el día,
de la linda brisa que amainaba el día,
de su peculiar olor a mar sosegado;
la arena brilla en la distancia,
filos hilos dorados que deslumbran el horizonte,
se eleva arenisca que se adentra en los lares;
espuma blanca profundizándose en las rocas,
algas marinas juegan en aguas cristalinas,
bandas de peces surcan los bajos fondos;
agita el viento que amaina el calor,
las suaves temperaturas recorren los días,
largos veranos que se extiende en estaciones;
metros de la playa en una gran bahía,
acogedora costa en linderos sureños,
Tenerife acoge una de sus mejores riberas.
Esa es mi querida y maravillosa playa, el Médano.