En fiestas navideñas muchos hijos, nietos y familiares vuelven a casa por navidad; suena la canción desde casa `vuelve a casa vuelve por navidad´; llaman las luces de la fachada, el olor ha cocido y perdiz al horno, sientes la despensa llena de chocolates, bombones, turrones y cualquier cosa dulce que puedas imaginar, la fragancia a limpio y sábanas recién puestas toma tu cuarto... todo es perfecto: estás en casa.
Rápidamente te acostumbras a todas esas pequeñas cosas que extrañas en la ciudad; no hay nada como volver a casa, estar con la familia, compartir momentos que el ajetreo de tu día a día te hace no disfrutar, recordar que es lo verdaderamente importante, saber perdonar a aquel hermano que hace meses no hablas, aprovechar cada pellizco de cariño que recibes cada mañana al levantarte.
Nada malo se te ocurre, solo el paso de los días y las semanas en casa te hacen rememorar que hace años que ya no estás, extrañas el trabajo, tu agenda marcada con mil colorines y cosas que hacer, estar entre tus paredes y cocinar a tu antojo; volver a la rutina que muchas veces detestas pero que al final añoras.
¿Donde estás ahora? en un avión destino a quien sabe donde dirían algunos, una maleta en la bodega, un bolso en el asiento de al lado, un bocata que ya anda en tu estómago y el portátil que te acompaña cada viaje para transmitir cada una de las cosas que te dejan con asombro.
No es un viaje cualquiera, no es un destino sin importancia, tampoco es un día en si... es el día en que comienza un nuevo año, un destino donde comenzar de cero, un viaje que marcara el comienzo. Has dado el paso y ya estas de camino, embarcada en él, dispuesta y segura. Tanto tú como ella estáis impacientes porque os recoja en el aeropuerto.
Son tantas cosas, te planteas que has hecho lo correcto, tienes miedo de no poder con todo, pero sabes que el reencuentro con quien amas lo merece; además no podías dejar escapar la aventura de trabajar en el extranjero y para un medio internacional en el que llevas meses intentando que te destinen... con todo ello intentaras quitarle importancia al destino que te diriges, tan alejado del hogar, de casa; quizás hayan sido éstas una de las últimas navidades o una de las muchas que tardes en volver.
-Lo mas que me preocupa es criar a Lucía tan lejos de la familia, de unos abuelos que la ven crecer y con quien compartirla, de una ciudad española que recorrer, de un hogar que hoy pierdo y al mismo tiempo recupero; dejaré las dudas aquí en medio del océano, las incertidumbres en el asiento del avión, y recordaré las ganas que me están llevando a Sydney a reencontrarme con mi marido, a ser editora jefe de una tirada internacional, y lo más importante... a tener a esta pequeña, que no para de moverse en todo el vuelo, a tierras antípodas para estar junto a la persona que amo, su padre.-
`Adiós familia, adiós´ esa fue la frase de muchos que emigraron de España en los años de crisis; buscar fortuna en tierras extrajeras, aprender nuevos idiomas, adaptarse a otras sociedades, formar familia lejos de casa... ahora es Lucía la que regresa a España para empezar la universidad; quien lo diría, después de 18 años las cosas cambiaron, salimos de la crisis, el país remontó, y aquellos que se fueron pudieron volver.
"Los nunca no son para siempre", y las navidades, aunque sean fechas que duran poco y tardan en llegar hasta el próximo año, nos hacen recordar que las cosas cambian, que se debe apostar por nuevos cambios, que hay que cuidar los nuestro, no olvidar a los importantes, y sobre todo... disfrutar del día que estas viviendo, porque ese día, no se volverá a repetir.
FELIZ 2012 :)