sábado, 12 de noviembre de 2011

Estaba sola y ahora digo adios


Era tan lejos, que la distancia se hacía eterna; no te alcanzaba, incluso la luna estaba más cercana.
Te echo de menos, extraño el cohete que un día me hizo volar, las palabras que un día me hicieron soñar y que ahora sólo sé recordar.

Parece que estás, es mentira, el espejismo de lo que no eres cada día se hace más grande, te imaginé y te creé; te deseé y te formé; te desvaneces entre nubes, en proyectos sin terminar, en laboratorios donde experimentar.

¿Cómo pensé que te lograría materializar? Qué gratis es soñar. 
Cuentos de hadas que me hacían pensar que todo sería realidad; faltaban los años y la experiencia de saber perder, comenzar y quizás ganar.

Así estaba, rodeada de posibilidades, de oportunidades donde poder destacar; pero faltabas tú, la pieza del puzzle sin encajar. El resto dejó de importar, sólo pienso que deberías saber que estoy, que seré tu mano, tu aliento y mirada en cada dulce mañana.





Un dia lo logré, robé parte de tu corazón y mi cama ya no volvía a estar desolada; conseguí un te quiero y recibí un te amo. No me lo creo, parecía lo imposible, pero viendo que es cierto y que llevas 10 años ocupando el lado izquierdo de mi cama, sé que es verdad.


Ya no soy mujer solitaria; dejé las noches a solas; viví como quise mientras los años pasaban, lo hice junto a mi príncipe azul navegando entre aguas en calma; no es romanticismo, no es un idealismo, son 85 años unidos a la persona que más he querido y de la que hoy me despido junto al lado izquierdo de la cama. Adios cariño, adiós.