

¿Por qué naciste? ¿por qué existes?
Todo iba bien hasta que comenzaste haciendo daño, provocaste épocas de expertos en mi vida; me recordabas día a día que no me ibas a abandonar tan fácilmente.
Llegaste hasta tal punto que me hiciste pasar unos meses muy duros (ya no los recuerdo, te borré de mi memoria); y cuando parecía que nuestra relación iba bien, volviste a la carga sin pedir permiso o esperar otro momento más oportuno!
Yo no te elegí, pero estás en mi vida, y no puedo echarte; así que hagamos por llevarnos bien y no me importunes, que yo no lo haré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario