jueves, 17 de febrero de 2011

No te puedo echar


Llamas la atención a larga distancia, haces que no te olviden, que te graben en sus cerebros; que llegues a ser deseable, incluso una tentación a manos prohibidas; gustas hasta al menos indeseable...


¿Por qué naciste? ¿por qué existes?


Todo iba bien hasta que comenzaste haciendo daño, provocaste épocas de expertos en mi vida; me recordabas día a día que no me ibas a abandonar tan fácilmente.

Llegaste hasta tal punto que me hiciste pasar unos meses muy duros (ya no los recuerdo, te borré de mi memoria); y cuando parecía que nuestra relación iba bien, volviste a la carga sin pedir permiso o esperar otro momento más oportuno!

Yo no te elegí, pero estás en mi vida, y no puedo echarte; así que hagamos por llevarnos bien y no me importunes, que yo no lo haré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario